Sí, así es.
Un día preguntas por film 35mm en un sitio y te remiten a otro lugar porque allí no lo tienen; un par de días después, en el segundo lugar, ofrecen puesto para pasantes; te postulas así como quien no quiere la cosa (claro que la quieres, mueres por ello); al final de la semana te llaman para citarte a una entrevista; vas, te presentas, hablas claro; al día siguiente te despiertas y te enteras de que eres pasante en el lugar.
:)
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26.1.12
22.1.12
Ayer entendí
El día de ayer fue bastante productivo por dos cosas que finalmente entendí:
- Finalmente asumí, sin darme cuenta, lo que haré el resto de mis días; lo dije en voz alta y ahora lo anoto por acá: "Yo voy a pasar el resto de mi vida echando cuentos, bien sea escribiendo o detrás de una cámara pero echando cuentos al fin y al cabo".
- Luego de cagarla en determinada situación aprendí una lección: algunas veces es mejor poner sobre la mesa todo lo que se oculta detrás de ciertas decisiones pues es probable que se nos comprenda mejor.
Gracias día de ayer, 21/01/12, por regalarme esas dos gotas de conocimiento.
4.6.11
Empiezo a entender
Luego de escuchar las palabras de un profesor y de moverlas un poco en mi cabeza estoy entendiendo, me parece, porque se me hace tan particularmente difícil el asunto de escribir poesía.
Dijo él que un poeta no puede tener un sentido de identidad dominante, imponente; estoy jodido, tengo mucho ego como para que eso sea así.
Bah! También soy necio y, aunque con poca frecuencia, es probable que siga intentando
2.1.11
This is 2011...
Sí, empezó otro año y yo llego con un poco de retraso a desearles lo mejor para estos 365 que tendrá el 2011.
Dejado ir ese punto, paso por acá a reinaugurar el blog (sí, con ese término porque desde septiembre que no posteaba y porque es hora de darle más uso) y eso lo haré posteando una listilla de cosas que me gustaría hacer este año:
- Postear más seguido aquí.
- Escribir con un ritmo mejor y con una mayor frecuencia.
- Salir a capturar un poco más del mundo.
- Viajar, tanto o más que el año pasado, dentro y fuera de Venezuela.
- Quiero hacer el curso de barismo.
- Tengo ganas de jugar paintball.
- Volar en parapente, una vez más, estaría chévere.
- Organizar y respaldar mis mp3 (esto es una tarea tediosa).
- Me gustaría dar inicio al plan de montar un café, así sea a finales de año.
En fin, esa es la lista por ahora y supongo que irá creciendo.
Saludos y que estén bien!
:)
17.11.09
Romanticismo y barroco en una pieza: Muse.
Buenas buenas!
¿Cómo están?
Hoy vengo a dejar algo que ya había mencionado anteriormente, mi ensayo sobre Muse.
Es bastante sencillo pero explica cierta visión que tengo sobre la banda.
Cualquier comentario (por favor dejen nombre) será bien recibido!
Muchas gracias por leer!
25.9.09
Extraño...
y si, hoy, en este momento, está pasando algo extraño...
quiero escribir... quiero sentarme y contar algo, sólo hay un problema...
NO SÉ QUE ESCRIBIR
así que eso, quiero escribir y no tengo ideas, bien raro, generalmente es al revés... ironía le dicen, ¿no?
espero lograr hacer algo pronto, hasta entonces... chau!
30.8.09
Maldita sea...
No soy de hablar/escribir/postear de política, pero esto me las rompe:
Original en portugues: http://bit.ly/3oRhD2
Existen al menos tres librerías en el aeropuerto de Caracas, pero si estás en busca de un escritor consagrado de la literatura latinoamericana para pasar el tiempo antes del embarque, el visitante saldrá frustrado por no conseguir ninguno de ellos. ¿El colombiano Gabriel García Márquez? “No.” ¿El mexicano Carlos Fuentes o el argentino Julio Cortázar? “No”. ¿El peruano Mario Vargas Llosa? “De ninguna manera, sólo tengo éstos aquí”, dice la vendedora, desconcertada, apuntando a un estante casi vacío que comienza con “Cocina para Niños” y termina en una serie de análisis sobre el socialismo del Presidente Hugo Chávez.
En el corazón de la capital venezolana o en las urbanizaciones de clase media la situación es la misma. “Las autoridades no están liberando los dólares para la importación de libros, papel o tinta. Y ahora adelantan a decir que el problema es la crisis, porque sabemos que hay una cuestión ideológica detrás de eso: para el gobierno, la literatura ‘no comprometida’ no es una prioridad “, dice Andrés Boersner, propietario de la librería tradicional Noctua.
También faltan muchos libros clásicos, técnicos y universitarios. “Hoy en día, de 50 títulos que me preguntan, no tengo 45,” dice Boersner. “Me deprimí al entrar en una librería en Barcelona y ver que las últimas obras literarias no vienen más a Venezuela”.
Lo curioso es que la situación llegó a este punto sólo tres meses después de que Chávez anunció su “Plan de Lectura Revolucionaria”, cuyo objetivo es “animar a la lectura para ampliar el conocimiento”. Pero los que está claro es que no cualquier lectura. Sólo la lectura para “desarrollar una ética socialista” y “desmantelar el imaginario capitalista para darle un nuevo contexto a la historia.”
Las bibliotecas públicas recibieron cajas y cajas de libros “revolucionarios”: colecciones de discursos de Chávez, los libros escritos por los ministros, las cartas de Marx a Engels, el diario del Che Guevara en Bolivia y biografías de Simón Bolívar. Se están organizando en los barrios pobres de la “Escuadrones Revolucionarios de Lectura”, cuyo objetivo es “reflexionar y contribuir a la construcción del socialismo del siglo 21.”
Y aunque los editores privados no están en condiciones de importar papel, tinta y repuestos para su maquinaria, el gobierno las editoriales vinculadas al gobierno distribuyen miles de libros a precios que no pasan de los US$2. Una vez más, no son cualquier libro. Algunos sí, algunos clásicos como Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, pero la mayoría es lo que las autoridades definen como “los libros de la izquierda.”
Ideales socialistas
“Hemos recuperado obras que fueron olvidados, porque antes sólo había espacio para la literatura de derecha”, dijo a O Estado Miguel Márquez, presidente de la editora El Perro y la Rana, relacionada con el gobierno. Fue creada en 2006 para recibir una donación de Cuba, y ha distribuido 50 millones de libros. “Estos son libros que ayudan a humanizar nuestra sociedad, es decir, a poner fin a la valorización del dinero, típico del capitalismo, el socialismo y la unidad.”
Mientras tanto, las obras “no revolucionarias” son cada vez más raras. “Tradicionalmente, más del 80% de libros leídos en Venezuela son importados de países como México y España, pero ahora vienen goteadas,” dice Yolanda de Fernández, de la Cámara Venezolana del Libro. Ella explica que desde 2008, el gobierno comenzó a exigir un “certificado de no producción o producción insuficiente” para la importación de libros. Es decir, la red que quiera comprar hoy en día cualquier título tiene que esperar la emisión de un documento que dice que no se ha publicado en Venezuela.
Si el proceso ya era complicado en los últimos meses, con la caída del petróleo presionando las reservas de Chávez, se ha vuelto aún más lento. “Incluso con el certificado, los dólares para importar libros simplemente no se han liberado”, dice Yolanda. Como el límite de compras en el exterior es cada vez más pequeño, los distribuidores prefieren, cuando pueden, comprar los más vendidos (“best sellers”, como los del brasilero Paulo Coelho), lo que reduce aún más la variedad de títulos en circulación en el país.
El resultado de este proceso es que lo que la oposición llama “la revolución cultural del presidente Chávez.”
“Las autoridades de este gobierno no quieren entender, después de todo, para qué sirve un libro de poesía o un Dostoievski”, dice Boersner. “Ellos sólo saben que no añaden mucho a su revolución”."
Y tristemente, poco a poco nos están quitando TODO.
22.1.09
31.12.08
"I think I'm paranoid...
...and complicated"
Si, lo soy... desde que puedo recordar la paranoia ha sido mi compañera, estando a mi lado casi a diario, en los buenos y malos momentos... persiguiendome... acompañandome.
De todas las cosas de las que he tratado de huir, dejar atras o abandonar, es la unica para la que aún no encuentro escapatoria.
He corrido, si que lo he hecho, solo para dejarla atras, y mientras corro viendo sobre mi hombro, se pierde en el horizonte, dandome la oportunidad de reducir la velocidad, pero justo cuando pensaba que la había dejado totalmente atras, choco con algo y al alzar mi mirada la tengo nuevamente delante... condenada paranoia, es tan veloz que es imposible escapar de sus garras.
Y esta vez la paranoia apareció, no solo enfrente mio, sino que también creció, la condenada creció!!!... pero he tomado una desición, no correré, le haré frente sin importar su tamaño (así como David enfrentó a Goliath) y haré lo posible por derrotarla, y si me tumba, me levantaré...
Si, lo soy... desde que puedo recordar la paranoia ha sido mi compañera, estando a mi lado casi a diario, en los buenos y malos momentos... persiguiendome... acompañandome.
De todas las cosas de las que he tratado de huir, dejar atras o abandonar, es la unica para la que aún no encuentro escapatoria.
He corrido, si que lo he hecho, solo para dejarla atras, y mientras corro viendo sobre mi hombro, se pierde en el horizonte, dandome la oportunidad de reducir la velocidad, pero justo cuando pensaba que la había dejado totalmente atras, choco con algo y al alzar mi mirada la tengo nuevamente delante... condenada paranoia, es tan veloz que es imposible escapar de sus garras.
Y esta vez la paranoia apareció, no solo enfrente mio, sino que también creció, la condenada creció!!!... pero he tomado una desición, no correré, le haré frente sin importar su tamaño (así como David enfrentó a Goliath) y haré lo posible por derrotarla, y si me tumba, me levantaré...
...pero no huiré!
1.12.08
Frágil, quizas demasiado...
Hay muchas cosas que damos por sentadas, creemos que nos pertenecen y que no nos pueden ser arrebatadas, una de ellas (más por unos que por otros) es la vida.
Creo que todos alguna ves hemos oído eso de que debemos apreciar nuestras vidas porque no sabemos cuando la podemos perder, pero nunca le prestamos atención a eso, y no creo que sea simplemente porque no queramos, creo más bien que es algo innato del hombre, es parte de esa creencia y sentimiento de superioridad que nos llena a todos por igual.
Pero no es que sea imposible que apreciemos lo poco nuestra que puede ser la vida, no, simplemente sucede que en la mayoría de los casos se requiere un empujoncito, un suceso o evento que nos haga ver lo frágil que es nuestra permanencia en esta vida. Para algunos el empujoncito no lo reciben de manera directa, son simples espectadores de algo que pasa a un tercero, pero que es suficiente para que se percaten de la fragilidad; otros menos afortunados sufren el empujón, de manera directa, y pueden terminar no solo abriendo los ojos, sino que los abren tanto que llevan el asunto a extremos.
El punto de todo este “sin sentido” que escribo es que en días recientes me pasó, sufrí un empujoncito, no fue uno de gran magnitud, pero bastó para hacerme abrir los ojos, al menos para recordarme lo rápido, casi instantáneo, que podemos dejar el mundo terrenal.
Eran cerca de la 1:30 A.m., un grupo de seis personas viajando distribuidas en dos automóviles, uno delante del otro, retornando de dejar a un amigo por una carretera algo solitaria, medio húmeda y con poca luz. En el segundo carro era donde me encontraba, solo en el asiento trasero, mientras que en el delantero iban los otros dos, llevábamos los vidrios arriba, el aire acondicionado manteniéndonos frescos, musiquita de fondo y conversábamos, sobre vainas, cualquier vaina. De pronto, mi mirada se va al frente, y veo que al final de la curva aparece una luz, un carro obviamente, hace acto de presencia y veo que es una pick-up, viene chola, bien chola, pasa demasiado rápido al lado del carro guía y justo cuando lo termina de pasar se oye como empieza a colearse. Podría jurar que en ese mismo instante fue como si todo se pusiera en cámara lenta, pillé que íbamos a unos 4, quizás 5 metros del carro de adelante, y ya estaba siguiendo con mi mirada a la camioneta, viendo como se acercaba, ya casi totalmente de lado, derrapando, y no parecía que se detendría, mi mente solo decía “no, aquí no se puede acabar esto”, y fue entonces cuando en una fracción de segundo nos pasó al lado, a no más de un metro, muy rápido, no había terminado yo de voltear para seguirle con la mirada cuando se escuchó el impacto, se estrelló con un poste, giró 360°… y solo recuerdo que pensaba “por unos segundos, ese poste pudimos ser nosotros…”
Así que, la vida es frágil, demasiado quizás, un segundo puede hacer la diferencia, pero hay que vivirla, creo que solo es cuestión de saber como hacerlo.
Y no, esto no quiere decir que dejaré de ser quien soy ni como soy, sólo quiere decir que ahora sé lo rápido que todo puede terminar.
Creo que todos alguna ves hemos oído eso de que debemos apreciar nuestras vidas porque no sabemos cuando la podemos perder, pero nunca le prestamos atención a eso, y no creo que sea simplemente porque no queramos, creo más bien que es algo innato del hombre, es parte de esa creencia y sentimiento de superioridad que nos llena a todos por igual.
Pero no es que sea imposible que apreciemos lo poco nuestra que puede ser la vida, no, simplemente sucede que en la mayoría de los casos se requiere un empujoncito, un suceso o evento que nos haga ver lo frágil que es nuestra permanencia en esta vida. Para algunos el empujoncito no lo reciben de manera directa, son simples espectadores de algo que pasa a un tercero, pero que es suficiente para que se percaten de la fragilidad; otros menos afortunados sufren el empujón, de manera directa, y pueden terminar no solo abriendo los ojos, sino que los abren tanto que llevan el asunto a extremos.
El punto de todo este “sin sentido” que escribo es que en días recientes me pasó, sufrí un empujoncito, no fue uno de gran magnitud, pero bastó para hacerme abrir los ojos, al menos para recordarme lo rápido, casi instantáneo, que podemos dejar el mundo terrenal.
Eran cerca de la 1:30 A.m., un grupo de seis personas viajando distribuidas en dos automóviles, uno delante del otro, retornando de dejar a un amigo por una carretera algo solitaria, medio húmeda y con poca luz. En el segundo carro era donde me encontraba, solo en el asiento trasero, mientras que en el delantero iban los otros dos, llevábamos los vidrios arriba, el aire acondicionado manteniéndonos frescos, musiquita de fondo y conversábamos, sobre vainas, cualquier vaina. De pronto, mi mirada se va al frente, y veo que al final de la curva aparece una luz, un carro obviamente, hace acto de presencia y veo que es una pick-up, viene chola, bien chola, pasa demasiado rápido al lado del carro guía y justo cuando lo termina de pasar se oye como empieza a colearse. Podría jurar que en ese mismo instante fue como si todo se pusiera en cámara lenta, pillé que íbamos a unos 4, quizás 5 metros del carro de adelante, y ya estaba siguiendo con mi mirada a la camioneta, viendo como se acercaba, ya casi totalmente de lado, derrapando, y no parecía que se detendría, mi mente solo decía “no, aquí no se puede acabar esto”, y fue entonces cuando en una fracción de segundo nos pasó al lado, a no más de un metro, muy rápido, no había terminado yo de voltear para seguirle con la mirada cuando se escuchó el impacto, se estrelló con un poste, giró 360°… y solo recuerdo que pensaba “por unos segundos, ese poste pudimos ser nosotros…”
Así que, la vida es frágil, demasiado quizás, un segundo puede hacer la diferencia, pero hay que vivirla, creo que solo es cuestión de saber como hacerlo.
Y no, esto no quiere decir que dejaré de ser quien soy ni como soy, sólo quiere decir que ahora sé lo rápido que todo puede terminar.
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