"Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
la resaca de todo lo sufrido
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!"
Poema "Los Heraldos Negros", de César Vallejo; el orden de los versos original se ha trastocado y ahora va así (por estrofa):
- 1-6-11-16; 2-7-12-13; 3-8-9-14; 4-5-10-15; 17